R-T

Rapto: o arrebatamiento de la Iglesia es una doctrina relacionada con el fin de los tiempos (Escatología). Es un acontecimiento en el cual cuando Jesús regrese, los muertos en Cristo serán resucitados y los creyentes «que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor» (1 Tesalonicenses 4:17). Esto ha de ocurrir en el momento de la resurrección, cuando suene la final trompeta (1 Corintios 15: 50-53; 1 Tesalonicenses 4: 16) y los creyentes reciban sus cuerpos gloriosos. Los primeros en recibirlos son los fieles difuntos, y de inmediato aquellos aún vivos cuando el Señor regrese.

Reconciliar, Reconciliación: la idea básica de esta palabra es la de cambiar para conformar a cierta norma; involucra un cambio para bien en la relación entre dos o más personas, antes distanciadas o enemistadas. En teología, se refiere a un cambio de esta clase en la relación entre Dios y el hombre. Somos por naturaleza «hijos de ira» (Efesios 2:3) y enemigos de Dios (Efesios 2:11-15). Sin embargo, «…fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo...» (Romanos 5:10). Por causa de la muerte de Jesucristo, la relación del cristiano con Dios experimenta un cambio favorable. Nos tornamos ahora capaces de tener comunión con Él (1 Juan 1:3), lo que antes no nos era posible. Así, somos reconciliados con Él (Romanos 5:10-11).

Rectitud: es un atributo de pureza moral que, en sentido pleno, le pertenece solamente a Dios (Juan 17:25). Solamente Él es verdaderamente recto. Nadie en el mundo es recto a los ojos de Dios, excepto el cristiano. Pero éste es recto por Imputación; somos considerados rectos ante Dios cuando recibimos a Cristo por la fe (Filipenses 3:9). Nuestra rectitud se basa en lo que Jesucristo hizo en la cruz; la rectitud de Cristo nos es imputada a nuestro favor, y somos vistos como rectos ante Dios.

Redención: significa rescatar a alguien de la esclavitud, librar un esclavo de su cautividad mediante el pago de un precio. El precio que Cristo pagó para la redención del cautivo pecador fue su propia sangre, su propia vida. Nosotros fuimos redimidos del poder del pecado y de la maldición de la Ley (Gálatas. 3:13) a través de Jesús (Romanos 3:24; Colosenses 1:14). Fuimos comprados por un precio, que fue el del sacrificio de Jesucristo (1 Corintios 6:20; 7:23).

Reino de Dios: el concepto de Reino de Dios (o su sinónimo «Reino de los Cielos) es primordial en el N.T., ya que fue el contenido central del mensaje de Jesús (Marcos 1:14-15) y de Sus apóstoles. Un reino implica la existencia de un rey; nuestro rey es Jesús. El dijo que Su reino no es de este mundo (Juan 18:36) ni es como los reinos de este mundo. Se nos exhorta a buscar ante todo el Reino de Dios (Mateo 6:33) y a orar por su venida (Mateo 6:10). Es un reino preeminentemente espiritual: «el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo» (Romanos 14:17).

Resurrección: La palabra griega que en la Biblia se traduce “resurrección” es anástasis, que se define como la “acción de ponerse de pie (levantarse) de nuevo”. Cuando se resucita a una persona, es como si se la levantara; se le devuelve a la vida con la personalidad que tenía antes de morir (1 Corintios 15:12, 13). Resucitar significa volver a vivir, ser levantado vivo de entre los muertos (Juan 5:28-29). La palabra se emplea en diferentes contextos en la Biblia. Por ejemplo, Lázaro fue resucitado (Juan 11:43), pero, como otras resurrecciones narradas en las Escrituras, esto significó que su cuerpo mortal fue vivificado y restaurado a la misma condición corruptible que tenía antes de morir. Esta resurrección es diferente e inferior a la resurrección de Jesucristo, y a la que ocurrirá cuando recibamos nuestros cuerpos gloriosos en la Segunda Venida de Jesucristo (1 Tesalonicenses 4:13-18), en el día postrero (Juan 6:39-44), cuando suene la última trompeta (1 Corintios 15:51-55).

Revelación: revelar significa declarar algo que era desconocido. En teología, se refiere a lo que Dios declara de Sí mismo. La revelación se puede dividir en dos tipos: natural y especial. La revelación natural es aquello que podemos saber acerca de Dios a partir de la observación de Su creación (Romanos 1:20). La revelación especial la ha dado Dios por medio de la Biblia, de muchas y diversas maneras (Hebreos 1:1), desde Su manifestación directa (Éxodo 3) hasta visiones y sueños (Números 12:6-8). La revelación definitiva se halla en la Encarnación de Jesús, ya que Él vino para revelarnos al Padre (Mateo 11:27; Lucas 10:22; Juan 14: 6-11; Hebreos 1:1-3) y a comunicarnos el Evangelio (1 Corintios 15:1-4) por medio del cual alcanzamos la salvación.

Salvación: del griego soteria (σωτηρία), es la liberación del pecado. Expresa la provisión de Dios para remediar la condición del ser humano perdido por el pecado. Tanto el AT como el NT están centrados en la concepción de la «salvación», basada sobre el hecho de que el hombre, totalmente arruinado por la caída, y por ello mismo destinado a la muerte y a la perdición eternas, tiene necesidad de ser rescatado y salvado mediante la intervención de un Salvador divino.

Cuando alguien recurre a Dios y busca el perdón en Jesús, sus pecados le son quitados. Es limpiado; su relación con Dios es restaurada, y es hecho una nueva criatura (2 Corintios 5:17). Todo esto es obra de Dios, no del hombre (Efesios 2:8-9). La salvación es un don gratuito (Romanos 6:23); somos salvados de una justa condenación. Cuando alguien peca, y todos lo hemos hecho (Romanos 3:23; 6:23), merece la eterna separación de Dios (Isaías 59:2). No obstante, debido a Su amor y misericordia, Dios se hizo hombre (Juan 1:1,14) y cargó con los pecados del mundo en Su cuerpo en la cruz (1 Pedro 2:24; 1 Juan 2:2). Somos perdonados cuando reconocemos que nada podemos hacer para merecer el favor de Dios, y en cambio ponemos nuestra fe en lo que Cristo hizo por nosotros en la cruz (Efesios 2:8-9; 1 Corintios 15:1-4).

Santificar, Santificación: significa separar, poner aparte para un uso sagrado. Mediante la santificación Dios hace justos a los hombres por medio del Espíritu Santo y Su Palabra, lo cual es un proceso continuo durante la vida terrenal.

Dios santificó a Israel como Su propia y especial nación (Ezequiel 37:28). La santificación puede aplicarse a la gente (Éxodo 19:10,14) a un monte (Éxodo 19:23), al día del Sabat (Génesis 2:3), al tabernáculo (Éxodo 20:39), y de hecho toda cosa creada es santificada a través de la Palabra de Dios y de la oración (1 Timoteo 4:4). Dios nos ha separado a los cristianos para santificación, no para impureza (1 Tesalonicenses 4:7) y como santos somos llamados a realizar buenas obras (Efesios 2:10). La santificación es un proceso por el cual el Espíritu Santo nos guía para parecernos cada vez más a Cristo en lo que pensamos, deseamos, decimos y hacemos.

Santo, santidad: es la cualidad de perfección, impecabilidad e incapacidad de pecar que, en sentido pleno, es poseída solamente por Dios. Cuando se habla de santidad se describe a un atributo de la naturaleza de Dios que implica una absoluta perfección moral, infinita bondad, amor y misericordia, pero también es una virtud indispensable en todo verdadero creyente. Conlleva la noción de separación de todo cuanto es pecaminoso o impuro. Como cristianos, somos llamados a ser santos (1 Pedro 1:16). Sin embargo, esto no implica un cambio en nuestra naturaleza; no será sino hasta que alcancemos el estado eterno por medio de la resurrección que alcanzaremos un estado de perfecta santidad.

Secta: es un grupo religioso que sigue un sistema filosófico particular, caracterizado por una extraordinaria devoción a una persona, un objeto o un sistema de creencias que no es ortodoxo; es un conjunto de personas con una opinión común que se han apartado de la verdadera fe y que profesan una doctrina distinta. En el contexto del cristianismo, se trata en general de un grupo que emplea la Biblia pero distorsiona la doctrina, en particular en lo referente a la salvación, hasta un punto que la hace inalcanzable. Unos pocos ejemplos de sectas son el mormonismo, los Testigos de Jehová, la Ciencia Cristiana o la Iglesia Unitaria.

Segunda Venida: Se le llama así a la Parusía o retorno de Jesucristo en gloria y majestad, de manera, personal, corporal y visible. La expresión contrasta con la primera venida, ocurrida en la encarnación, cuando Jesús se hizo hombre. En la segunda venida de Jesucristo “todo ojo le verá” (Apocalipsis 1:7) cuando Él descienda del cielo sobre las nubes (Mateo 24:30; Mar. 14:62).

Seguridad eterna: es la doctrina según la cual la salvación, una vez obtenida, no puede perderse. Ya que la salvación no se debe a nada que nosotros hagamos, tampoco puede perderse por nada que hagamos. Esto no significa que podamos pecar cuanto queramos (Romanos 6:1-2), porque hemos sido librados del pecado y llamados para la santificación (1 Tesalonicenses 4:7).

Septuaginta: se le llama así o también versión de los Setenta (abreviada LXX= 70 en números romanos) a una traducción del A.T. al griego. El nombre de Septuaginta se origina, según una narración legendaria conocida como la Carta de Aristeas (escrita hacia 125 a.C.), cuando el rey de Egipto, Ptolomeo Filadelfo (285-246 a.C.) le solicitó al sumo sacerdote de Jerusalén una traducción de las Escrituras (el A.T.) al griego. 72 sabios judíos (seis de cada tribu, redondeado a 70, de allí el nombre de la versión) fueron enviados por el sumo sacerdote, quienes trabajaron por separado en la traducción de los textos sagrados del pueblo judío, y que al cabo de 72 días produjeron una versión perfecta. Según se sabe, la comparación del trabajo de todos reveló que los sabios habían coincidido en su trabajo de forma milagrosa. La LXX es importante porque fue la versión del A.T. que empleó la Iglesia primitiva; de hecho, las copias conservadas hasta hoy son de procedencia cristiana. Los judíos dejaron de emplearla cuando los cristianos comenzaron a utilizarla para demostrar el cumplimiento de las profecías en Jesús.

Sinagoga: es un lugar de culto judío. El término proviene del latín sinagōga, y éste del griego synagoge. En hebreo se llama Bet haKenéset), o “lugar de reunión”. La palabra sinagoga tiene en griego el mismo significado que ekklesia, iglesia. El término en hebreo puede traducirse como asamblea, congregación o reunión. Sin embargo, en una sola ocasión se emplea el término «sinagoga» en el N.T. para referirse a una reunión cristiana; sin embargo, los cristianos adoptaron rápidamente la expresión «iglesia» para aludir al lugar de sus congregaciones.

Soberanía: la palabra proviene de la voz latina “super omnia”, que significa «sobre todo» o «poder supremo«; es el derecho exclusivo de Dios de hacer Su voluntad (Salmo 50:1; Isaías 40:15; 1 Tim. 6:15) con Su creación y con cada una de criaturas hechas por Él. Los atributos de Dios ponen de manifiesto que Dios es lo supremo sobre todo lo existente. No queda nada sujeto a otro poder, autoridad o gloria y no está sujeto a ninguna entidad que sea superior a Él. Él representa la perfección hasta un grado infinito en cualquier aspecto de su Ser. Él no puede jamás ser sorprendido, derrotado o disminuido.

Soteriología: el término proviene del griego σωτηρία (soteria, «salvación») y λογος (logos, «estudio de»). Es la rama de la teología que se ocupa de estudiar la doctrina de la salvación. La expresión salvación, sugiere los conceptos de liberación, seguridad, preservación, sanidad, restauración y curación; pero si bien el término salvación expresa una gama tan amplia de experiencias humanas, con todo, su uso específico y predominante está restringido a designar una obra de Dios en favor del hombre. Cuando se usa en este sentido, representa la quintaesencia de todo el mensaje bíblico, puesto que reúne en un solo concepto doce, al menos, de las doctrinas más vitales y comprensivas, como son: redención, reconciliación, propiciación, convicción de pecado, arrepentimiento, fe, regeneración, perdón de los pecados, justificación, santificación, perseverancia o preservación, y glorificación.

En el Antiguo Testamento, el término castellano salvación abarca una gama de sentidos que llega desde el concepto de ser liberados de los enemigos hasta el de unas correctas relaciones con Dios. También es digno de observación el hecho de que el sentido del vocablo salvación comporta dos ideas fundamentales: por una parte, ser salvo implica el ser rescatado de un estado de perdición, mientras que, por otra parte, ser salvo es ser transferido a un estado de salvación, ser vitalmente renovado, y ser hecho idóneo para participar de la herencia de los santos en la luz. La predicación del Evangelio puede llevarse a cabo siguiendo uno de estos dos aspectos de la salvación.

Tabernáculo: era la estructura que Dios mandó construir para morar en medio de Su pueblo en el tiempo del éxodo de Egipto (Éxodo 25:8). Era una especie de templo que podía armarse y desarmarse para poder ser transportado. Fue construido según especificaciones muy precisas. Hay referencias de él en Éxodo 25-27, 30-31, 35-40; Números 3:25 y siguientes; 4:4 y siguientes; 7:1 y siguientes.

En las Escrituras se le dedica más espacio al tabernáculo que a otras cosas o instituciones. El tabernáculo consistía en el patio externo y la tienda. Se entraba al patio externo por un portal orientado hacia el este, en donde se hallaba el altar del holocausto (Éxodo 27:1-8) y el lavacro o fuente de bronce (Éxodo 30:17-21). La tienda o tabernáculo propiamente dicho se hallaba dentro del patio (Éxodo 26:1ss.). Estaba dividido en dos sectores principales: el lugar santo y el lugar santísimo, separados entre sí por un velo (Éxodo 26:31ss.), como el que hubo luego en el templo de Jerusalén y que se rajó de arriba abajo cuando Jesús murió (Mateo 27:51). Como el velo había representado la barrera que separaba al hombre pecador de un Dios santo (Hebreos 9:8), su destrucción representó el libre acceso que los pecadores tienen ahora ante Dios por medio de la sangre de Jesucristo (Hebreos 10:19ss.).

El tabernáculo era un lugar de sacrificio. El lugar santo tenía tres elementos: Primero, una mesa en la cual se colocaba el pan de la proposición (Éxodo 25:23-30); segundo, un candelabro de oro (Éxodo 25:31-40) y tercero, un altar de incienso (Éxodo 30:1-7). En el lugar santísimo estaba el arca del pacto, o arca del testimonio, que contenía las tablas con los Diez mandamientos (Éxodo 25:16), una muestra del maná y la vara de Aarón que reverdeció. Solamente el Sumo sacerdote podía entrar al lugar santísimo, una sola vez cada año, para ofrecer un sacrificio por la nación de Israel.

Teísmo: Es el nombre técnico de la posición teológica que afirma que Dios creó al mundo y continúa sosteniéndolo activamente (Mateo 6: 28-34; Colosenses 1:15-17; Hebreos 1:3), e interviene mediante milagros según Sus planes.

Tentación: La tentación es aquello que nos mueve a pecar. Dios no puede ser tentado y tampoco tienta a nadie (Sant.1:13), mientras que Satanás es el tentador por excelencia. Tuvo éxito con Eva, al hacerle primero dudar de lo que Dios había dicho, al insinuar que Él había mentido, y al excitar el apetito de la mujer (Génesis 1-6): saciaría su hambre, le daba placer y le abriría la mente. De manera similar, nosotros podemos ser tentados por nuestra voluptuosidad (Sant.1:13-15), codicia (1 Tim. 6:9), falta de examinarnos a nosotros mismos (Gálatas. 6:1), y el presuntuoso orgullo de la vida (1 Juan 2:16), entre otras causas.

Teodicea: término técnico concerniente al área de la teología que se ocupa del problema del origen y la persistencia del mal en el mundo, y de la relación de Dios con el mal. El vocablo teodicea fue creado en el siglo XVIII por Leibniz como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal»; Leibniz se refería con Teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios. La Biblia no intenta justificar todo lo que Dios hace, sino que afirma Su soberanía, sabiduría, santidad, justicia y bondad. Es claro que Dios es soberano (Isaías 45:9-10; Romanos 9:19-24), y que Él ha permitido la existencia del bien y del mal, y que todo es, para Sus propósitos y gloria.

Teofanía: es una manifestación visible y a veces física de Dios en la tierra. Las teofanías en general ocurren en las Escrituras del A.T. Dios ha aparecido en sueños (Génesis 20:3-7; 28:12-17), visiones (Génesis 15:1-21; Isaías 6:1-13), y como un ángel (Génesis 16:7-13; 18:1-33). En la Biblia se menciona una aparición sobrenatural conocida como «el Ángel del Señor» (Jue. 6:20-21) que aparenta tener atributos del mismo Dios (Génesis 16:7-9; 18:1-2; Éxodo 3:2-6; Jos. 5:14; Jue.2:1-5; 6:11). Tales cualidades, como tener el nombre de Dios, ser adorado y reconocido como Dios han conducido a muchos estudiosos a deducir que este «Ángel del Señor» es verdaderamente Jesús manifestado en el A.T.

Teología del Pacto: es un sistema teológico que considera los tratos de Dios con el hombre sobre la base de los pactos en lugar de los diferentes períodos de tiempo o «dispensaciones». La teología del pacto representa al conjunto de la Escritura como dos pactos principales: El pacto de obras hecho entre Dios y Adán en el A.T. y el pacto de gracia entre Dios y el hombre pecador, por el cual se otorga a este último la salvación sobre la base del sacrificio de Jesucristo en la cruz.

Teología: La palabra teología, conforme a su etimología, está compuesta de dos palabras griegas θεος (theos), ‘Dios’, y λογος (logos), ‘estudio’, ‘razonamiento’. La teología es, por lo tanto, es la disciplina que estudia la persona de Dios, su naturaleza, atributos, carácter, revelación y propósitos; e involucra asimismo las relaciones de Dios con su creación, en especial con la raza humana, y el plan de salvación. Sin embargo, ya que no puede haber una consideración completa tocante a Dios si no se contemplan Sus obras y sus planes en el universo que Él ha creado, así como Su Persona, la teología puede extenderse apropiadamente hasta incluir todas las realidades materiales e inmateriales que existen y las verdades concernientes a ellos y contenidas en ellos.

Hay varias formas teológicas que requieren una definición particular:

Teología natural: es la ciencia que está basada solamente en aquellas verdades acerca de Dios y Su universo que están reveladas en la naturaleza.

Teología Revelada: esta expresión se refiere a la ciencia que está basada en aquellas verdades acerca de Dios y Su universo que están reveladas en las Sagradas Escrituras.

Teología Bíblica: se refiere a la ciencia que tiene por objeto investigar la verdad acerca de Dios y Su universo en su desarrollo divinamente ordenado y su medio ambiente histórico cono se presenta en los distintos libros de la Biblia. La teología bíblica es la exposición del contenido doctrinal y ético de la Biblia.

Teología Propia: así se designa una ciencia limitada que solamente contempla la Persona de Dios-Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero sin hacer referencia a las obras de cada uno de ellos.

Teología Histórica: es una ciencia que traza el desarrollo de la doctrina y se ocupa, además, de las distintas variaciones sectarias y el abandono de la verdad bíblica por parte de grupos herejes que han aparecido durante la era cristiana.

Teología Dogmática: estudia aquellas verdades sostenidas con certeza.

Teología Especulativa: estudia verdades teológicas sostenidas en lo abstracto y aparte de su importancia práctica.

Teología del Antiguo Testamento: así designada porque se limita a esa porción de las Escrituras.

Teología del Nuevo Testamento: así designada porque se limita a los libros del Nuevo Testamento.

Teologías Paulina, Juanina y Petrina: estudia los escritos de los apóstoles así designados (Pablo, Juan y Pedro).

Teología Práctica: se ocupa de la aplicación de la verdad al corazón de los hombres.

Teología Teísta o Sistemática: es una ciencia que sigue un plan humanamente trazado o un orden de desarrollo doctrinal y que se propone incorporar en su sistema toda verdad acerca de Dios y Su universo de todas y cada una de las fuentes existentes. La Teología Sistemática puede definirse como el coleccionar, ordenar científicamente, comparar, exhibir y defender todas las verdades procedentes de cualquier fuente tocante a Dios y sus obras. Esta es teísta ya que sigue una tesis de diseño humano y presenta y verifica la verdad como la verdad.

Testamento: es una palabra de origen latín, Testamentum (que significa Alianza) que Jerónimo (347-420) utilizó en su famosa versión de la Biblia, la Vulgata latina. El término se emplea para designar las dos principales divisiones de la Biblia: las Escrituras escritas en hebreo y arameo, antes de Cristo, el Antiguo Testamento, que representa la antigua alianza entre Dios y los judíos; y las Escrituras escritas en griego, después de Cristo, o Nuevo Testamento, que representa una nueva alianza establecida por Jesucristo y sus seguidores.

Tetragrama: se denomina tetragrama, que en griego significa «cuatro letras», a la palabra formada por las cuatro consonantes hebreas HWHY (de derecha a izquierda, yod, he, waw, he) que forman el nombre de Dios (Éxodo 6:3). Aparece completo cerca de 5.300 veces en el A.T., y 1.500 veces en forma abreviada. En español, el tetragrama equivale aproximadamente a YHWH. Saber cómo se pronunciaba este nombre es difícil porque el hebreo carece de letras vocales y los judíos hace tiempo dejaron de pronunciarlo por temor a «tomar en vano» el nombre divino (Éxodo 20:7).

Tipo, Tipología: es una sombra profética o cuadro profético. El Señor preparó en el pasado a algunas personas, objetos o eventos, para representar alguna realidad espiritual futura. En teología bíblica, la tipología es el estudio de los tipos, y se denomina así a un objeto, animal, persona o institución, en general del A.T., que representaba o prefiguraba otra, llamada «antitipo», cuyo cumplimiento se produce o se anuncia en el N.T.

Un tipo se diferencia de un símbolo o una profecía, en que el tipo tiene existencia histórica. Por ejemplo, Adán fue un tipo de Cristo (Romanos 5:14; Agar y Sara fueron tipo del Pacto antiguo y nuevo (Gálatas. 4). El cordero pascual fue un tipo de Cristo (1 Cor 5:7). El templo fue un tipo de la Iglesia (1 Corintios 3: 16-17). El arca de Noé fue un tipo del bautismo y la salvación en Cristo (1 Pedro 3:20-22).

Transcendencia: Es un término teológico que expresa un aspecto de la relación entre Dios y Su creación. Dios es preexistente, distinto e independiente de Su creación y de Sus criaturas (Isaías 55:8-9). El trasciende su creación; si bien está presente en ella, está más allá de ella y no está limitado en ningún sentido por ella.

Transfiguración: del griego metamorfoo (μεταμορφόω), este término indica el cambio que tuvo lugar en la apariencia de Jesús en la visión en el monte santo (Monte Tabor o Monte de la Transfiguración). Jesús y tres de sus apóstoles, Pedro, Santiago y Juan se dirigen a una montaña a orar. En la montaña, Jesús empieza a brillar con rayos brillantes de luz; entonces los profetas Moisés y Elías aparecen al lado de Él y habla con ellos, y se oye una voz en el cielo, como en el Bautismo de Jesús, que dice: «Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a Él oíd».

La transfiguración precedió al juicio y la crucifixión de Jesús y puede haber sido la provisión preparatoria del Padre para fortalecerlo mientras Jesús se preparaba para llevar los pecados del mundo. El hecho de que haya llevado consigo a Pedro, Juan y Jacobo sugiere además que quería mostrarles un resplandor de Su gloria a los discípulos, para fortalecer la fe de ellos.

Tribulación: la palabra tribulación del griego thlipsis (θλψις) se refiere a un breve período de terribles juicios, y que precederá inmediatamente a la gloriosa venida del Señor y coincidirá con el reinado del Anticristo. La expresión «gran tribulación» proviene de Apocalipsis 7:14, pero las profecías hablan frecuentemente de la época de inusitada angustia por la que pasará el mundo al final de los tiempos (Daniel 12:1; Isaías 26:20). Jesús, hablando no sólo de los sufrimientos de Jerusalén en el año 70, sino especialmente en el tiempo que precederá a Su retomo, dijo: «Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá» (Mateo 24:21). Daniel y el Señor Jesús relacionan el Anticristo y la abominación desoladora con la gran tribulación (Daniel 7:25; 9:27; 12:1, 7; Mateo 24:15, 21).

Tricotomía: La enseñanza de que el ser humano consiste esencialmente de tres partes: cuerpo, alma y espíritu.

Trinidad: Este término, empleado por primera vez por Tertuliano (siglo II d.C.), expresa una extraordinaria verdad bíblica. El Dios único se revela a nosotros en las tres Personas del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. El vocablo Trinidad no se halla en ninguna parte de la Biblia, pero por la revelación especial de Dios, sabemos: (1) que en Dios, hay un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo (Mateo 28:19; 2 Corintios 13:13); (2) que son Personas distintas, pero que son un solo Dios; (3) que el Hijo es engendrado por el Padre (Juan 1:18; 3:16; Romanos 8:32; 1 Juan 4:9-10) y que el Espíritu Santo procede del Padre (Juan 15:26) y del Hijo, pues es enviado por Él (Juan 15:26). El misterio de la Trinidad sólo oscuramente se ve en el A.T. Su revelación clara aparece en el N.T., y el texto más fuerte es Mateo 28:19, donde aparecen en la misma línea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo como Personas distintas, bajo un solo «nombre».